Antonio de Padua era un pico de plata
San Antonio de Padua, también conocido como san Antonio de Lisboa Padua, fue un sacerdote de la Orden Franciscana, predicador y teólogo portugués, venerado como santo y doctor de la Iglesia por el catolicismo. Su capacidad de prédica era proverbial, al punto de ser llamado "Arca del Testamento" por Gregorio IX. Las citas bíblicas en los Sermones dominicales y Sermones festivi, ambas obras de su autoría acreditada superaron el número de seis mil, lo que supone un nivel de conocimiento escolástico que justifica el título específico que se le adjudicó, doctor evangélico. Sus predicaciones en particular la de la Cuaresma de 1231 alcanzaron un éxito notable. Sus palabras y obras ante la multitud de personas que acudían a escucharlo fue recogida con el lenguaje propio de la época en Assidua, la primera biografía de Antonio de Padua, escrita por un autor anónimo contemporáneo suyo: "Reconducía a la paz fraterna a los desavenidos, hacía restituir lo sustraído con la usura y la violencia Liberaba a las prostitutas de su torpe mercado, y disuadía a ladrones famosos por sus fechorías de meter las manos en las cosas ajenas. No puedo pasar por alto cómo él inducía a confesar los pecados a una multitud tan grande de hombres y mujeres, que no bastaban para oírles ni los religiosos, ni otros sacerdotes, que en no pequeña cantidad lo acompañaban". Murió prematuramente el 13 de junio de 1231, a la edad aproximada de 35 o 36 años. Treinta años después de su muerte, el sarcófago donde se encontraba su cadáver fue abierto. Todo su cuerpo estaba ya corrupto con excepción de su lengua.
Antonio de Padua es el patrón de Lisboa (Portugal) y de Padua (Italia), donde permanecen sus restos. Además, es santo patrón de otras ciudades, localidades y diócesis en varios países , entre ellos: Argentina, República Dominicana, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, México, Nicaragua, Puerto Rico y Venezuela.
Biografía
Antonio de Padua fue el segundo santo más rápidamente canonizado por la Iglesia, tras san Pedro Mártir de Verona. Es uno de los santos católicos más populares y su culto se encuentra extendido universalmente. Su festividad se celebra el 13 de junio.
Nacimiento y nombre
Antonio nació muy probablemente en Lisboa, de allí que el Martirologio romano lo llama "Lusitanus". La casa donde se estima nació el santo, en el barrio medieval de la Alfama, fue destruida completamente en el terremoto que arrasó Lisboa el 1 de noviembre de 1755 y sólo se conserva un pequeño sótano. Su nombre secular era Fernando Martim de Bulhões e Taveira Azevedo, nombre que cambió por el de Antonio en 1220 cuando entró en la Orden de los Frailes Menores. La fecha de nacimiento no es precisa, y se estima entre 1912 y 1195, en el seno de una familia de buena posición en la sociedad lisboeta.
Educación y entrada en la vida religiosa
Se educó en la escuela catedralicia local. Contrariando los deseos de su familia, Fernando ingresó en la abadía agustina suburbana de San Vicente en las afueras de Lisboa, perteneciente a los canónigos regulares de san Agustín. Los monjes de la orden de san Agustín de la cual él era miembro eran famosos por su dedicación a los estudios. Fernando estudió las Sagradas Escrituras y la teología de algunos doctores de la Iglesia católica como Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona, Gregorio Magno y Bernardo de Claraval. También estudió los clásicos latinos, como Ovidio y Séneca. Luego de dos años, y tras obtener el permiso de sus superiores religiosos, se trasladó en 1210 al monasterio agustiniano de Santa Cruz en Coímbra, para continuar sus estudios. Se trataba de un reconocido centro de cultura eclesiástica, donde tuvo oportunidad de profundizar la disciplina religiosa, su conocimiento de la Biblia y el ejercicio de la Lectio divina.
A principios de 1220, tres sacerdotes (Berardo, Pedro y Otón) y dos hermanos legos (Acursio y Ayuto), todos ellos de la orden franciscana, fueron asesinados en Marruecos. Conducidas sus reliquias a Coimbra, el evento produjo un cambio decisivo en la vida de Antonio, quien en el verano de 1220 mudó de orden y se hizo franciscano. En ese momento adoptó el nombre de Antonio en honor de san Antonio Abad a quien estaba dedicada la ermita franciscana en la que él residía. Antonio partió para Marruecos pero enfermó gravemente durante el invierno de 1220, lo que lo hizo retornar. En el trayecto una tempestad violenta desvió su barco a Sicilia, y allí tuvo noticias del Capítulo general convocado en Asís.
Encuentro con Francisco de Asís
En la fiesta de Pentecostés de 1221 Antonio participó junto con unos 3000 frailes del Capítulo general de Asís, el más multitudinario de los llamados Capítulos de las esteras, nombre que recibió en razón de que muchos de los frailes ahí reunidos tuvieron que dormir en esteras. Allí vio y escuchó en persona a san Francisco. Una vez concluida la reunión, Antonio solicitó a fray Graziano, provincial de Romaña, que lo tomara consigo para que le impartiese los primeros rudimentos de la fe espiritual, Fray Graziano lo envió a una pequeña ermita en las montañas del pueblo de Montepaolo para que sirviera como sacerdote. La convicción, cultura y talento de Antonio como predicador se mostraron por primera vez en Forlì en 1222.
Pronto se divulgó la noticia de la calidad de sus sermones, y Antonio recibió una carta del propio san Francisco con el encargo de predicar y de enseñar Teología a los frailes. Luego, fue comisionado por el mismo Francisco para luchar contra la propagación de la herejía cátara en Francia. Se trasladó más tarde a Bolonia y a Padua, por lo que su tarea como predicador lo transformó en un viajero asiduo por el sur de Francia y todo el norte de Italia, pronunciádose contra las herejías.
Arca del Testamento y últimas predicaciones
En la curia papal, Antonio suscitó en los cardenales y en el papa Gregorio IX tal admiración por su predicación que el pontífice llegó a llamarlo, con epíteto muy propio, "Arca del Testamento". Sus mensajes desafiaban los vicios sociales de su tiempo, en forma especial la avaricia y la práctica de la usura. En la Assidua se señala este período en particular la predicación cuaresmal de 1231 como uno de los más notables de su vida. Esas últimas predicaciones tuvieron un éxito popular destacado.
Aquejado por continuas enfermedades, perseveraba en la enseñanza y en la escucha de confesiones hasta la puesta del sol, a menudo en ayunas. La multitud de gente que acudía desde las ciudades y pueblos a escuchar las predicaciones diarias le obligó a abandonar las iglesias como recintos de prédica para hacerlo al aire libre.
Antonio enfermó de hidropesía y, después de la Pascua de 1231, se retiró a la localidad de Camposampiero, con otros dos frailes para descansar y orar. Allí, Antonio vivió en una celda construida por él mismo bajo las ramas de un nogal. Poco después, decidió retornar a Padua. Ya en las proximidades, se detuvo en el convento de las clarisas pobres en Arcella, donde murió prematuramente el 13 de junio de 1231, a la edad aproximada de 35 o 36 años.
Canonización
La celebración de las multitudinarias exequias y la multiplicidad de milagros que se le atribuyeron promovieron su rapidísima canonización, bajo el pontificado de Gregorio IX. De hecho, es el segundo santo más rápidamente canonizado por la Iglesia católica: 352 días después de su fallecimiento, el 30 de mayo de 1232.
En 1263, la ciudad de Padua le dedicó una Basílica que conserva sus restos mortales. Treinta años después de su muerte, el sarcófago donde se encontraba su cadáver fue abierto. Todo su cuerpo estaba ya corrupto con excepción de su lengua, lo que provocó una nueva oleada de devoción y la admiración que incluyó a personalidades como Buenaventura de Fidanza.
El 16 de enero de 1946, el papa Pío XII proclamó a san Antonio "Doctor de la Iglesia", bajo el título especial de "Doctor evangélico".
Se atribuyen a san Antonio numerosos episodios de carácter místico, entre ellos la bilocación, ser entendido y comprendido por los peces cuando las personas despreciaron sus predicaciones, o de llevar en sus brazos al niño Jesús durante una noche. De allí surgieron numerosas representaciones iconográficas alusivas.
Interior de la iglesia de San Antonio en la población de El Consejo de Ciruma, estado Zulia, Venezuela.
Patronazgo
Existe de él un número importante de toponimias. Antonio de Padua es el patrón de Lisboa (Portugal) y de Padua (Italia), donde permanecen sus restos. Además, es santo patrón de otras ciudades, localidades y diócesis en varios países , entre ellos: Argentina, República Dominicana, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, México, Nicaragua, Puerto Rico y Venezuela.
Fiesta de San Antonio (Venezuela)
Fiesta de San Antonio (Venezuela) es una de las expresiones culturales más relevantes, especialmente efectuada en ciudades del estado Lara. Cada 13 de junio se celebra en distintas poblaciones esta fiesta en honor a San Antonio de Padua, con distintas ofrendas y bailes de tamunangue, conocido también como “el baile de los negros de San Antonio” uno de los más populares y originales de la región.
Generalmente esta festividad se realiza en poblaciones del estado Lara como El Tocuyo, Curarigua, Sanare, Barquisimeto, Carora, Quibor, Barbacoas, Guaríco, entre otras, así como también en los estados Portuguesa, Yaracuy y Falcón. La imagen de San Antonio de Padua es venerada por beneficiar la salud, ayudar en la recuperación de objetos, prosperidad económica y conseguir buenas parejas. Sus devotos hacen oraciones, promesas y ofrendas, en agradecimiento a este santo.
Velorio del Santo
Cada 12 de junio se realiza el “Velorio del Santo”, que consiste en colocarlo frente en un altar con flores para que los devotos se acerquen a hacer oraciones y cultos. Se hacen cantos (rosarios cantados que comienzan y terminan con una salve) y por lo general esto se extiende al amanecer para comenzar el 13 de junio la Fiesta de San Antonio con el Tamunangue.
El baile
El tamunangue es un baile que combina los ritmos latinos. Tiene una coreografía elegante y movimientos puros de regocijo popular, que escenifica las jornadas del campo y la cotidianidad del campesino, que todavía se baila en muchas poblaciones. Es una de las danzas más representativas en Venezuela, junto con el Joropo y otras tradiciones, que representan una cultura de herencia mestizada india, blanca y negra.
En la fiesta de San Antonio las parejas bailan al son de tambores, maracas, cuatros, percusión, instrumentos que varían de acuerdo a la agrupación, acompañado de cantos interpretan distintos temas haciendo giros, vueltas y pasos como cadenas, enredo-desenredo, floreo, entre otras.
Comienzan con “La Batalla”, un dúo masculino con garrotes interpretando una lucha, simulan un asalto al bastón, mientras los músicos cantan coplas al son de los instrumentos. Es una especie de esgrima de salón, con bastón. Esta lleva el mismo ritmo de golpes que se van tirando los jugadores al compás de la música.
El son que sigue se llama “La Bella”, cuando propiamente comienza el baile. La música es, evidentemente, una mezcla de aires españoles e indígenas. Aisladamente considerada esta parte, es lo que llama el pueblo “un golpe corrido, de manera que La Bella es un golpe por el ritmo que lleva. . Representado ritmos alegres y gritos en los que una mujer es perseguida al tiempo que se le entrega una vara de vez en vez.
Seguido de “El Chichivamo”, también llamado El yiyivamos, que también sigue el ritmo de los golpes corridos pero con distinta letra a La Bella, en el cual los cantores se dirigen a los bailadores que tienen pequeñas varas, lo que significa que están autorizados para bailar, saludan al santo y comienza el baile de distintas parejas por turno.
Luego, “La Juruminga” es un baile con género distinto a los anteriores. Evoca la música de los negros africanos, pero ya con cierto carácter de la música típica de Lara, pues el rasgueo de los cuatros y la manera de cantar le imprime un sello característico. Es interpretada por un solista que contesta al coro “tumbirá” con “Juruminga numá” y los bailadores hacen figuras y movimientos de galanteos, la mujer sostiene su falda con una mano y con la otra la vara, y la entrega a otra pareja para darle su respectivo turno.
Le sigue “La Perrendenga”, con aires exóticos y criollos. Posee un ritmo muy distinto a los joropos y valses. Como los anteriores, el primo (llamado así el cantador) canta una frase y el coro contesta con un estribillo que en este caso es: ¡ay! Tomé, ¡ay! ¡Tó! Y el primo contesta ¡ay! ¡tomé la perrendenga! Ahora viene el son titulado “El Poco a poco”, que tiene la particularidad de que el coro comienza a cantar ¡Así! y el primo es el que contesta ¡Poco a poco!, ¡Media Vuelta!, ¡Los Calambres!, entre otras oraciones, que van guiando al bailador. La danza es una pantomima bailada en giros enteros donde el hombre persigue a la mujer. Luego, éste sufre de calambres y debe ser auxiliado por ella, quien lo monta en el caballo para llevarlo a sitio seguro. Aquí tienen lugar improvisaciones humorísticas, de allí su jocosidad. Lo más representativo es cuando se detiene y simula un ataque nervioso y desfallece, entonces la pareja lo sostiene entre sus brazos y lo soba.
Para finalizar, está el “Seis figurao” que bailaban varias parejas haciendo distintas figuras de elegancia. La música de esta última parte y la aristocrática elegancia de la manera como se baila, expresan claramente que tuvo su origen en España, y adquirió algo del carácter de nuestra música regional, sin perder el ritmo y la alegría. Asimismo, el baile se compone de tres parejas, de allí su nombre porque lo ejecutan seis bailarines.
Las maracas forman parte de los instrumentos que se emplean en el Tamunangue
Instrumentos
Los instrumentos que se emplean son guitarras criollas de cuatro o cinco cuerdas, que se tocan rasgueándolas. También utiliza uno o dos pares de maracas y un tambor especial, de poco diámetro, pero muy largo, regularmente tiene veintiocho centímetros de diámetro por un metro de largo. Lo tocan con la palma de las manos y produce un sonido grave que se oye desde muy lejos. Además, por un lado, van golpeándolo rítmicamente con un pequeño bastón. Los ya mencionados son los tradicionales, pero dependerá de la agrupación los elementos que empleen.
El vestuario
En cuanto a la vestimenta no hay una en específico para asistir a la celebración, pero generalmente los que van a bailar y hacer promesas, van vestidos en el caso de los hombres con liquiliqui, pañuelo en el cuello, alpargatas y sombrero de cogollo, mientras que las mujeres llevan faldas largas floreadas, blusas blancas y de faralaos, flores en la cabellera y alpargatas.
San Antonio de Padua es, al igual que otros Santos, hombres o mujeres destacados en las diversas tradiciones religiosas por sus atribuidas relaciones especiales con las divinidades, o por una particular elevación ética. Estos han aportado un grado de humanidad a la gente con la cual convivieron. Dejando así un legado de compasión por los que sufren y ofreciéndoles ayuda. Promover la paz, el amor y la tolerancia es una de las misiones de diosuniversal.com. Respetamos a todos los creyentes de este Santo en particular, pero recordamos que el respeto por el que nos rodea debe ser un valor fundamental por su condición humana sin necesidad que lo santifique ninguna iglesia.
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¡Gracias! por visitarnos, Vladimir y María Mercedes Gessen @DivanGessen @UnDiosUniversal
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_de_Padua
https://es.wikipedia.org/wiki/Fiesta_de_San_Antonio_(Venezuela)
https://www.youtube.com/?hl=ES
Fotos:
https://commons.wikimedia.org/wiki/Main_Page
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Basilica_di_San_Giacomo_(Bellagio)_-_DSC02632.JPG