Nacimientos, Pesebres o Belenes Navideños
La construcción de belenes, nacimientos, misterios, pesebres, portales o pasitos en los diferentes países y regiones de habla hispana, es la representación plástica del nacimiento de Jesucristo, que se suele exponer durante las fiestas de Navidad. Se hace en hogares, iglesias, comercios y otros lugares públicos como las ferias navideñas. La construcción y exhibición de belenes forma parte de la Navidad en muchas partes del mundo, especialmente en la tradición católica. En los hogares, montar un belén es una actividad especialmente divertida y entretenida para los niños.
Nacimiento en Monasterio Reisach
Un Belén, pesebre o nacimiento es según la definición aportada por el folklorista catalán Joan Amades la siguiente: Entendemos por pesebre (o belén) la representación plástica y objetiva del nacimiento de Jesús mediante la disposición de un país visto de manera panorámica, en el que se sitúa una diversidad de figuras móviles que se pueden mover y alterar de sitio a gusto del que hace el pesebre. Toda otra figuración del nacimiento del Mesías, representada en pintura, vidriería, bajo relieve o cualquier otra manifestación artística que no reúna las condiciones indicadas, no puede ser considerada como pesebre", a lo que añadió el historiador Josep Maria Garrut "el pesebre se destruye después de cumplir su misión.
El proyecto de este belén monumental surgió a principios de los años 90 como una iniciativa de la Comisión de Fiesta de Reyes de empleados de Bancaja, coordinada por Ramón Tamarit.
La materialización de la idea se prolongó durante seis años. Los tres primeros fueron de documentación, mientras que la construcción, con más de 10.000 horas dedicadas a la elaboración técnica, se realizó entre 1993 y 1996, año en el que se expuso por primera vez en Valencia. Los maestros José Luis Mayo y José Luis Catalá, dos de los más importantes artistas belenistas de España, fueron los encargados de la creación del conjunto escultórico. El Belén Bancaja recrea con más de 1.200 figuras los momentos más importantes del nacimiento de Jesús. Este conjunto navideño conduce al visitante por un recorrido cronológico, que va desde la Anunciación de Nazaret al Nacimiento de Jesús en Belén, la Adoración de los Reyes Magos y los pastores y hasta la Huída a Egipto ante el acoso de Herodes
La primera celebración navideña en la que se montó un belén para la conmemoración del nacimiento de Jesucristo fue en la Nochebuena de 1223, realizado por San Francisco de Asís, en una cueva próxima a la ermita de Greccio (Italia). La escena del nacimiento de Cristo no fue representada con figuritas y miniaturas de objetos cotidianos, como hacemos actualmente, ni con personas, aunque para la ocasión San Francisco sí utilizó animales. Se celebró la misa nocturna acompañada de una representación simbólica de la escena del nacimiento, mediante un pesebre (sin niño) con el buey y la mula, basándose en la tradición cristiana y los Evangelios apócrifos, así como en la lectura de Isaías: "Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Israel no conoce, mi pueblo no discierne" (Is. 1,3).
Estos animales ya aparecen en el pesebre del siglo IV, descubierto en las catacumbas de la Basílica de San Sebastián de Roma, en el año 1877.
Este Nacimiento, pintado sobre hojas de papel pegadas sobre paneles de madera, fue hecho por Francesco Londonio (1723-1783) alrededor de 1750
Cuenta San Buenaventura en su "Legende de Santi Francisci" que tras celebrar la misa el sacerdote sobre el pesebre, utilizándolo como altar, San Franciso cantó el Evangelio y realizó la predicación sobre el nacimiento de Cristo, hijo de Dios, en circunstancias tan humildes como las que en aquel momento se reproducían. Es decir, en una fría noche de invierno, en el interior de una cueva, resguardado en el lugar donde comían los animales que, junto al Niño, lo calentaban con su aliento, causando una enorme emoción entre los asistentes, de tal forma que el señor del lugar, Juan de Greccio "aseguró que vio un hermoso niño dormido en el pesebre, que el padre Francisco cogió en sus brazos y lo hizo dormir".
Se supone que tras esta primera ocasión, que más que un belén puede asimilarse a un drama litúrgico se fue popularizando la instalación de belenes en las iglesias durante la Navidad, con figuras de terracota, cera o madera en vez de seres vivos.
El belén representa por lo general a Jesús, María y José en un pesebre, o según otras tradiciones, en un establo, granero o cueva, donde, según Lucas 2,7, nació el niño. La tradición los acompaña de una mula y un buey, según el relato de los Evangelios apócrifos y del texto del libro del profeta Isaías y del Habacuc.
Puede incluir además representaciones de los pastores reunidos para adorar al recién nacido, de los tres Reyes Magos con sus ofrendas, de ángeles y de la estrella de Belén. Pero además de estas escenas, se acostumbran a incluir otras, relacionadas con toda la historia del nacimiento de Jesús, como son la Anunciación del Ángel a la Virgen María, la Visitación de María, ya embarazada, a su prima Santa Isabel, embarazada a su vez de Juan Bautista, la infructuosa Búsqueda de Posada de José y María en Belén, la Matanza de los Inocentes por Herodes, y la Huida a Egipto de la Sagrada Familia, e incluso otras menos relevantes como el Sueño de José, la visita de los Reyes Magos a Herodes, los esponsales de José y María, la Presentación de Jesús en el Templo y el Taller de Nazaret de José, carpintero. Las escenas de más carga religiosa, y fundamentalmente la Natividad, son llamados Misterios.
Escena de la Huida a Egipto del nacimiento monumental "Salve, Emmanuel". Muestra del Belén de Jerez de la Frontera. Autor de la escena: Miguel Pérez Carrillo
En muchos países tienen una tradición propia de escenas belenísticas, como por ejemplo: en Cataluña se representan escenas típicas de la Navidad contemporánea, como la ceremonia de montar el pesebre, la Misa del Gallo, el "caga tió", un juego para hacer a los niños los regalos navideños, o la reunión de toda la familia en "Per Nadal, cada ovella al seu corral" (en Navidad, cada oveja en su casa).
Los pesebres alemanes pueden representar toda la vida de Cristo, incluyendo nacimiento, predicación, Pasión y Resurrección; y en la Provenza francesa se representa todo un pueblo más o menos contemporáneo y sus personajes, los santons, manteniéndose a veces montado todo el año y poniendo la escena de la Natividad solamente en las fechas navideñas tradicionales.
Generalmente el Nacimiento se monta antes de Navidad, tradicionalmente el 8 de diciembre, coincidiendo con la fiesta de la Inmaculada Concepción, y se conserva armado hasta el 2 de febrero, fecha de la presentación de Jesús en el Templo y fiesta católica de la Candelaria. En algunos lugares es costumbre que partir de la fiesta de la Epifanía, el 6 de enero, se añadan las figuras de los Reyes Magos en adoración, que mientras tanto han sido desplazados por el paisaje del Belén.
La variedad de los tipos de belenes es enorme, dado que cada país y cada región, hasta cada belenista, tiene su modelo y estilo propio. Sin embargo, podemos proponer algunas clasificaciones básicas:
La principal es según la presentación del montaje:
Abiertos o panorámicos, que son los visibles al menos por tres de sus caras o lados, situados más bajos que el punto de vista del espectador, sin estar rematados por celaje alguno, ni techo ni armazón que lo cierre, sino, en todo caso, por un telón liso de fondo.
Vista Frontal del Nacimiento de Mexicalzingo
Cerrados los dotados de un cerramiento exterior (cajón, estructura metálica o de madera, cortinajes), que encierran el belén dejando como única vista un frente, a través de una embocadura, donde vemos todo como un paisaje cerrado provisto de perspectiva, como en un teatro, y cuyo realismo supera con mucho a los belenes abiertos. Se acostumbran a denominar dioramas artísticos. Una variedad muy importante del belén cerrado, que no es diorama, es el de escaparate o caja, más estrecho que un diorama, tiene varias caras o lados de vidrio que permite ver su interior y a veces puede estar concebido como un retablo que se cierra; su contenido es reducido y ligero para ser manejable y portátil y normalmente solamente representa la Navidad, su característica más singular es que una vez montados no se deshacen más, se exponen durante la Navidad y pasadas las fiestas se guardan.
La segunda clasificación es según la técnica de confección del belén:
Populares son los que se realizan utilizando técnicas sencillas de montaje, con materiales tradicionales (corcho, musgo, serrín, papel plateado) construcciones prefabricadas adquiridas comercialmente (portal y casitas de corcho y madera, ahora muchas veces plástico o resina; papeles decorados pintados como fondo, etc.), presentados normalmente "abiertos" y sin técnicas de perspectiva o muy básicas (como colocar en el fondo del paisaje pequeñas construcciones, figuras de mucho menor tamaño). La sencillez en el montaje no obliga a que las figuras sean también "populares", ya que muchas veces se utilizan figuras de gran calidad artística, dependiendo del gusto del constructor. En general son los típicos belenes domésticos.
Artísticos son los que el belenista realiza utilizando técnicas específicas y sofisticadas, propias del arte, la construcción y el maquetismo, intentando que el paisaje y el entorno del belén sea lo más realista posible o proporcione una serie de sensaciones similares a las de la contemplación de una obra artística. El belenista acostumbra a construir los edificios, modelar el paisaje, poner la iluminación adecuada, utilizando materiales muy diversos como el yeso, la madera, el poliestireno expandido, las pinturas, etc., y utilizar técnicas de albañil, carpintero, pintor, electricista. El belén artístico, además, ha de respetar las reglas de la escala y la perspectiva. Casi todos los dioramas son de tipo artístico, mientras que los belenes abiertos son artísticos y populares de manera indiferente.
Según la manera y estilo de las figuras y el paisaje representado existen tres categorías:
Los bíblicos (también llamados "hebreos" o "palestinos"), que recrean el paisaje, los personajes, los enseres y las costumbres que había en Palestina en el momento del Nacimiento del Salvador.
Los locales o regionales, que utilizan paisajes no bíblicos (normalmente de la zona donde vive el belenista) y son normalmente anacrónicos, puesto que las figuras representan personajes de tipología local, regional y o costumbrista, de épocas diferentes a la del nacimiento de Cristo; por ejemplo, en Nápoles se utilizan figuras vestidas a la moda del siglo XVIII, en Francia son figuras de finales del XIX o en Sudamérica visten las ropas tradicionales de cada país o de la gente humilde.
Los modernos, serían construidos de forma no figurativa, sino siguiendo las convenciones del arte contemporáneo y llegando hasta la abstracción, utilizando materiales y técnicas no convencionales y de diversa procedencia, como el metal, conchas, tejidos, botellas, luces, origami, "instalaciones·.
A partir de estas premisas, podemos realizar innumerables clasificaciones, alguna de ellas relevante.
Los belenes pueden ser de cualquier tamaño, desde belenes en miniatura que se pueden colocar (como ejemplo extremo) en el ojo de una aguja o de forma más habitual en cajas de música, en botellas o tinajas, pasando por belenes de sobremesa, los más frecuentes en el ámbito doméstico, de tamaño reducido, que se colocan encima de algún mueble, bajo el árbol de Navidad o en el hueco de la chimenea, por ejemplo, hasta los nacimientos grandes, que ya necesitan una ubicación específica al ocupar una parte considerable de una habitación. Pero desde el punto de vista del tamaño, los más relevantes son los belenes Monumentales, los que generalmente construidos en el exterior, aprovechando incluso rincones naturales de un terreno, ocupan una superficie grande y suelen ser obra de varios artistas. Como ejemplo de belén monumental puede citarse el de Vitoria (Álava, País Vasco, España), que se instala desde 1962 en el Parque de la Florida y que posiblemente sea el más grande del mundo, a tamaño natural, de su modalidad. En Cataluña se construyen pesebres monumentales en espacios interiores, normalmente presentados como la narración de una historia teatralizada, en que no es tan relevante el tamaño (aunque ocupen escenarios de tamaño medio o grande) como el movimiento de los dioramas, los decorados, las figuras, la música y la calidad del texto narrado.
Por los personajes empleados tenemos dos clases de nacimientos:
Los vivientes, en que personas reales desarrollan las diferentes escenas del belén, incluso con la participación o no de animales vivos y vegetación natural. Aunque el primer belén, el de Greccio, fue de este tipo, ha de ser considerado más una representación de tipo teatral o religiosa (como los autos sacramentales) que un belén.
Los tradicionales, en que utilizan figuras realizadas en diferentes materiales para todas sus escenas. A su vez se subdividen en:
- Fijos: Sus figuras no realizan movimientos, aunque en algunos belenes, en especial los populares, pueden ser desplazadas dentro del escenario, mientras que en los artísticos, y en especial en los dioramas, las figuras ocupan lugares preestablecidos y fijos de los que no pueden ser movidos (normalmente están fijados a la escena con algún medio)
-Animados: Dispositivos mecánicos o eléctricos permiten que las figuras realicen movimientos repetitivos.
Existen otros tipos de belenes fuera de la clasificación anteriormente expuesta, como los polacos, que consisten en una gran construcción de cartón y madera, reproduciendo los templos al estilo eslavo, colocando el nacimiento fijo en un balcón de la fachada y los personajes secundarios (a veces móviles) por el resto del edificio. También es digna de mencionar aquí la tradición checa de los belenes recortables de cartón.
A nivel arquitectónico, una de las mejores plasmaciones artísticas del belén podemos encontrarla en la Fachada del Nacimiento del Templo de la Sagrada Familia de Barcelona, obra de Antoni Gaudí
Belén de Třebechovice
El Belén de Třebechovice (también Belén de Probošt)1 es un belén mecánico de madera. Fue construido por Josef Probošt (1849–1926), Josef Kapucián (1841–1908) y Josef Friml (1861–1946) a finales del siglo XIX. En 1999, el Belén de Třebechovice fue declarado monumento cultural nacional de la República Checa2 . El dueño de belén es actualmente la ciudad de Třebechovice pod Orebem, en la Región de Hradec Králové, y forma parte de la colección del Museo de los belenes de Třebechovice, que se reabrió en 2013 en un nuevo edificio . El nombre de belén viene de la ciudad de Třebechovice pod Orebem o del entallador Josef Probošt, quien empezó esta obra.
Cada País, cada región tiene sus costumbres
España
En los pesebres populares de Cataluña, España se incluye una figura típica y muy antigua llamada caganer que representa a un campesino en el acto de la defecación, que hace referencia a cultos agrarios relacionados con la fertilidad del campo. En muchos hogares se coloca esta figura muy peculiar: el caganer, un personaje que hace sus necesidades escondido en un rincón del nacimiento. Esta tradición catalana se ha ido popularizando por todo el país, y en los últimos años es habitual ver caganers de personajes conocidos de la política, el espectáculo o los deportes.
El "pessebre" puede montarse antes de Navidad, pero es costumbre no poner el Niño en su cuna hasta la Nochebuena. Parte de los personajes del pesebre catalán se basan en la obra "Els Pastorets" (los pastorcillos), obra de teatro sobre la Natividad escrita por Folch Torres. A principios de Navidad, entre el primer sábado de diciembre y el 23 de mismo mes, se monta en Barcelona, en la Plaza de la Catedral, la Fira (Feria) de Santa Llúcia, una de las más antiguas del mundo y la más importante de España (sin parangón con ninguna otra por la variedad y cantidad de su oferta), donde se encuentran todo tipo de figuras, accesorios para montar el belén (casitas, construcciones, aperos rurales y ajuar doméstico, luces, corcho, musgo.) así como árboles de Navidad, muérdago, zambombas, "tiós" (tronco de árbol que se golpea para que los niños obtengan regalos) y objetos de decoración navideña. Existe una similar, pero más pequeña, frente a la Sagrada Familia.
En Madrid existe una personaje muy entrañable que aparece en las calles de la ciudad por noviembre y diciembre y que se ha trasladado a los belenes madrileños, la castañera.
En algunos belenes extremeños aparece la Machorrita, una cabra engalanada, protagonista de una fiesta tradicional de la víspera de Navidad y que procede de antiguos ritos vetones.
En Laguardia (Álava, País Vasco, España), en la Iglesia de Santa María, en la Capilla de la Inmaculada, sobre un tablado rodeado de ramas de pino y de boj, y enmarcado por un lienzo que representa la Sierra de Cantabria y un portal, se instala al menos desde 1749 un Belén barroco de movimiento, ya que sus figuras de tela, madera y cuero son articuladas. En los días festivos de Navidad, tras la Misa Mayor, se escenifican distintos momentos del nacimiento y vida de Jesús. Al son de diferentes piezas musicales, a cargo de los gaiteros de la localidad, los pastores danzan, giran y se golpean moviendo sus brazos y piernas, al tiempo que los carneros luchan con sus esquilas.
En Jerez de la Frontera, Cádiz, son destacables los llamados "nacimientos", cuyo concurso anual tanto en categoría de "belenistas" (personas ya consagradas en el arte del belenismo), familiares y de entidades goza de gran prestigio y tradición desde 1966. El realismo, movimiento y calidad de las técnicas en la representación de las escenas de los "nacimientos jerezanos" son una constante en el trabajo de sus creadores. También es destacable la Muestra del Belén de Jerez (o Museo del Belén), que desde diciembre de 2011, año de su inauguración, expone de manera permanente el montaje "Salve, Emmanuel", un nacimiento monumental con efectos de luz y sonido que narra las escenas más significativas de la natividad.
En Provenza, al sur de Francia, los belenes incluyen a veces centenares de figurines de arcilla pintados llamados santons, que representan todos los oficios y profesiones tradicionales de la región.
Hispanoamérica
En la región andina de Venezuela se realiza generalmente una ceremonia para levantar al niño Jesús, llamada "Paradura del niño". En la región capital, los nacimientos combinan tradiciones criollas con modernas. Utilizan hojas de plátano y casitas coloniales de múltiples colores.
En Ecuador, México, Colombia, Guatemala, El Salvador, Venezuela, Perú, Argentina, Chile y Canarias la figura del Niño se coloca después de la llegada de la Navidad, fecha en que se celebra su nacimiento, y luego de ser "arrullado" es colocado entre José y María.
En el arrullo, los padrinos del niño (quienes son encargados de dar los aguinaldos) toman al niño en una sabanita y comienzan a arrullarlo mientras se canta "duerme y no llores" u otro canto de arrullo o villancico y luego se da a besar a todos los presentes. Cada persona, toma una colación cuando besa al niño y al término; el niño es colocado entre José y María. Luego se reparten los aguinaldos, se quiebran las piñatas, y se tiene la cena de Navidad.
Escena de la Natividad, en la Capilla del Rosario en Puebla, México
En Perú el nacimiento se desmonta el 6 de enero, en una celebración llamada Bajada de Reyes, en la cual se invita a familiares y amigos, y se festeja mientras se va desmontando uno a uno las figuras del nacimiento. Dicha celebración se repite en grupos más grandes como comunidades o empresas privadas. Así mismo, en la región de Ayacucho existe el Retablo ayacuchano que consiste en un nacimiento dentro de una especie de caja de madera, que al abrirse recuerda los grandes altares de los templos del lugar, pero cargados de figuras y de colorido, pudiendo alcanzar grandes tamaños.
Italia
Pesebre napolitano
El pesebre napolitano es una de la tradiciones navideñas más consolidadas y que se ha mantenido inalterada por siglos. El término pesebre deriva del vocablo latino praesepium.
El primer pesebre en Nápoles es mencionado en un documento que habla de un pesebre en la iglesia de Santa María del Pesebre en el 1025. En Amalfi, según varias fuentes, ya en el 1324 existía una capilla del pesebre de casa de Alagni.
En el año 1340 la reina Sancha de Mallorca (esposa de Roberto de Anjou) regaló a la Clarisse un pesebre para la nueva iglesia, de la cual hoy permanece la estatua de la Virgen María en el museo de San Martino
Otro ejemplo se muestra en el 1478, con un pesebre de Pietro Alemanno y de Giovanni Alemanno el cual posse doce estatuas. También es importante el pesebre de mármol del 1475 de Antonio Rossellino, visible en Sant'Anna dei Lombardi.
En el siglo XV se encuentran los primeros verdaderos y propios escultores de figuras. Cabe mencionar a los hermanos Giovanni y Pietro Alemanno, que en el 1470 crearon las esculturas de madera para la representación de la Navidad de ese año en Nápoles.
Las primeras figuras de barro cocido aparecieron en el siglo XVI en un pesebre realizado por Matteo Mastrogiudice, un noble de Sorrento.
En el siglo XVII el pesebre agrandó su escenario. No solo se realizaba representaciones del nacimiento, sino también del mundo profano de lo externo. Con un estilo barroco, se realizaron representaciones, en los pesebres, de las tabernas, las carnicerías, verdulerías y panaderías. La taberna se colocaba del lado opuesto del nacimiento dado que representaba los vicios y pecados del hombre. Los personajes se hicieron más pequeños y de madera.
Belén napolitano que se exhibe en el Museo Nacional de Escultura en Valladolid (España). Se encuentra en el edificio del Palacio de Villena. Escena de la llegada de los Reyes Magos
El siglo de oro del pesebre napolitano es el XVIII, cuando reinó Carlos III de Borbón. Por mérito de la fornitura artística y cultural en aquel período también los pastores cambiaron su semblante. La comitiva ya no era solo religiosa, sino también de ricos y nobles con sus trajes de la época. El niñito Jesús nacía en las ruinas de un antiguo templo, homenaje a Pompeya y Herculano descubiertas justo bajo el reinado de Carlos III de Borbón, para que la venida del hijo de Dios aparezca como un verdadero milagro, algo extraordinario por tan diferente de la vida diaria.
El más célebre ejemplo de pesebre napolitano es el presepe Cuciniello realizado entre 1887 y el 1889, expuesto actualmente en el museo de San Martino. Otro impertante es el Presepe del Banco di Napoli expuesto en el Palacio Real de Nápoles.
En el siglo XX esta costumbre disminuyó, pero ahora se utilizan en las iglesias y en algunas casas napolitanas.
El verdadero legado del pesebre napolitano reside en el realismo de sus representaciones. No es solo un símbolo religioso, un instrumento descriptivo e identificativo de la cultura napolitana.
Hoy en algunas escenas se reproducen, además de pastores, personalidades de nuestros tiempos. No hay que maravillarse si se encuentran figuras de personas conocidas en las vitrinas de la via San Gregorio Armeno (en el centro histórico de Nápoles), famosa en todo el mundo por la producción artesanal y venta de pesebres. En esta calle se encuentran negocios donde se pueden encargar la realización de pesebres a gusto.
A partir de noviembre esta zona, además de ser tiendas de pesebres, se convierte en un verdadero sitio turístico.
Detalle de la escena de la Natividad , pintado en las hojas de papel pegadas en los paneles de madera, fue hecho por Francesco Londonio (1723-1783) alrededor de 1750
Historia de los Belenes
Existen muchos antecedentes de representación del nacimiento de Jesús, tanto en las Catacumbas romanas (lo que da idea de su relación con el cristianismo primitivo), como en las iglesias y otros lugares relacionados con el culto religioso cristiano.
Los antropólogos e historiadores relacionan directamente las figuras del belén con diferentes objetos de culto de formas antropomórficas y animales, desde las Venus prehistóricas hasta las pequeñas esculturas griegas llamadas tanagras, pero muy especialmente por el culto romano a los dioses del hogar que se realizaba también mediante pequeñas esculturas con forma humana.
En todo caso, a partir del siglo XIV, fundamentalmente a través de los monjes franciscanos, cuya regla consistente en estricta pobreza, humildad, sencillez y cercanía al pueblo -frente a órdenes más ricas, "aristocráticas" y cercanas al poder político- se avenía muy bien con el humilde nacimiento del Mesías, por lo que usaron su representación como elemento de predicación, considerándose por tanto el pesebre un invento franciscano, cultivado especialmente por éstos y por sus las restantes órdenes franciscanas, como las clarisas y los capuchinos.
El montaje de los belenes por Navidad se consolidó como tradición en la península itálica y fue pasando al resto de Europa, al principio como práctica eclesiástica, posteriormente aristocrática y finalmente popular.
Sucedió de esta forma en España, ya que cuando a mediados del siglo XVIII el rey de Carlos VII de Nápoles pasó a ser rey de España, promovió la difusión de los nacimientos entre la aristocracia española, llegando posteriormente a la práctica popular en la toda España y en América.
En el siglo XVIII en América, tras la disolución por decreto papal de la orden de los jesuitas, los franciscanos ocuparon su lugar y usaron los belenes como método de evangelización. Allí son habitualmente anacrónicos, ya que incluyen animales y plantas americanas, que en Palestina no se conocían en tiempos de Jesús, pero que recuerdan el carácter rural de la escena.
Esta peculiaridad se debe también a que en la parte latinoamericana situada en el Hemisferio Sur del planeta, en Navidad no se celebra el solsticio de invierno, sino el del verano, por lo que el clima y los productos agrícolas sudamericanos son muy diferentes a los europeos y palestinos.
Los países que montan belenes son, en Europa: España, Portugal, Francia, Italia, Alemania, Austria, Hungría, Chequia, Eslovaquia y Polonia. Asimismo son construidos en toda Latinoamérica y en la actualidad en los Estados Unidos. La tradición de las iglesias protestantes no es aficionada al belén, por su origen iconoclasta.
A partir del siglo XV se generalizó la costumbre del belén. En 1465, en el Renacimiento, se fundó en París la primera empresa fabricante de figuras de belén. En Alcorcón se creó el primer taller belenista peninsular en 1471, y tenía influencias de Inglaterra que no llegaron al taller belenista hasta 1501. El tercer en producir figuritas belenistas fue la República de Siena en 1475, de estilo renacentista. El cuarto país en crear figuritas belenistas fue Portugal en 1479, la primera fábrica, que se encontraba en Lisboa, fue quemada por los martinistas en 1835. Cuando Inglaterra adoptó el anglicanismo, las figuritas belenistas fueron quemadas, y debido al rechazo a los íconos, en 1601 se hizo un decreto, la "Bethelem Ban", y quien no lo cumpliera sería condenado a muerte; en el siglo XIX con la consolidación de la tolerancia religiosa, se levantó esa condena. La popular "Fira de Santa Llúcia" de Barcelona, de venta de figuras y objetos para el belén, existe por lo menos desde 1786. Cataluña, Murcia y Madrid, durante el siglo XX, eran centros donde se fabricaron más de cuatrocientos millones de figuras de belén. En la actualidad existen numerosos talleres artesanales en Cataluña, Murcia, Andalucía y algunos otros en el resto de España que continúan haciendo figuras, que son conocidas y apreciadas en todo el mundo.
Pesebre a la catedral de València en 2014
Es interesante destacar, que en la ciudad Patrimonio de la Humanidad de San Cristóbal de La Laguna en la isla de Tenerife en España, es de donde primero se tiene constancia en este país, de que se expuso de forma pública en una casa particular y fuera de lo que es un templo, un Portal de Belén para disfrute de todos los vecinos. Ocurrió en el siglo XVII en el domicilio de la familia Lercaro en la calle San Agustín de este municipio, edificio que hoy alberga el Museo de Historia tinerfeño y en el que se conserva este precioso Belén procedente de Génova en Italia que se muestra a sus visitantes. Asimismo, fue el santo tinerfeño Pedro de San José Betancur, franciscano y fundador de la Orden Betlemita y también en el siglo XVII, uno de los principales precursores del Belenismo en las tierras americanas descubiertas por los españoles.
En el siglo XIX apareció el arte (o afición artesana) del belenismo, que en general se practica a través de Asociaciones Belenistas, la primera de las cuales fue la de Wenns (Tirol, Austria) en 1860, aunque se cree que en Barcelona ya existía una asociación belenista anterior a esta fecha, su creación oficial es en 1863. En todo caso, y puesto que la asociación de Wens desapareció al cabo de un año de su fundación, la barcelonesa es la asociación con actividad en la actualidad más antigua del mundo. La asociación internacional es la Universalis Foederatio Praesepistica (UN-FOE-PRAE), fundada en Barcelona en 1952 y sede actual en Roma (Italia).
En Estados Unidos de América, son conocidos los nacimientos o pesebres (Nativity Scene), los cuales están presentes en la mayoría de los hogares estadounidenses cristianos, y además es usual encontrar también de todos los tamaños las Villas Navideñas (Christmas Villages). Le presentamos a continuación una de estas villas, una gigante inspirada en los cuentos de Charles Dickens realizada en 2014.
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Fuente2: https://es.wikipedia.org/wiki/Belenismo
https://es.wikipedia.org/wiki/Pesebre_napolitano
https://es.wikipedia.org/wiki/Bel%C3%A9n_de_T%C5%99ebechovice
https://es.wikipedia.org/wiki/Tradiciones_navide%C3%B1as
Fotos: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ravensburg_Liebfrauenkirche_Krip...